Ah, la Guerra Fría y sus muchas desventuras ... Los gatos son astutos e impredecible. Pueden deslizarseade un lugar a otro, observando, escuchando y vigilando. Así que, ¿por qué no la CIA debería implantar un micrófono en la oreja de un gato e incorporar un transmisor de radio en su cuerpo? Oh, ¡pero lo hicieron! En un extracto de su nuevo libro publicado en la revista "Popular Science", Emily Anthes describe el intento a mediados de siglo para crear un agente de felino, "Operación Acoustic Kitty"