Hace unos 10.000 años un grupo de cazadores-recolectores se instaló en una llanura aluvial de la actual Turquía y permaneció en la misma durante un milenio. El arqueólogo Jordan Abell visitó Aşikli Höyük en busca algo invisible: orina antigua. Abell y sus colaboradores han podido reconstruir la cantidad de población de humanos y animales que había en la misma hace 10.000 años. La domesticación de ovejas y cabras es lo que hizo que Arbell y los coautores del estudio, publicado en Science Advances, se interesaran por la orina de modo preferente.
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