en el establecimiento que regenta Ricardo Tajadura Alonso, el asador Villalonquéjar -situado en el barrio burgalés del mismo nombre-, se puede fumar. Y el primero que lo hace es su dueño, «Yo fumo porque se trata de mi establecimiento, ni más ni menos, y a mis clientes ni les permito ni les dejo de permitir, son libres de hacer lo que quieran», señala. En la última semana ha recibido dos visitas de la Policía Local.
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