Un miembro finlandés del Consejo de la Organización Mundial de la Salud, un asesor sobre vacunas, ha recibido 6 millones de euros para su centro de investigaciones de la empresa fabricante de vacunas GlaxoSmithKline. Aunque la OMS promete transparencia, este conflicto de interés suyo no se muestra al público en su página web. Varios otros expertos de la OMS tienen también lazos financieros con la industria farmacéutica, ejerciendo un doble papel que obviamente no es publicado por la OMS.