En la Liga Adelante (la segunda división del fútbol español), ningún futbolista puede cobrar menos de 55.000 euros anuales. Ése es el límite salarial mínimo exigido para la competición, dado que tiene carácter profesional. Sin embargo, hasta no hace mucho era frecuente encontrarse con futbolistas que preferían renunciar a un contrato en la división de plata para enrolarse en las filas de un conjunto de Segunda B.
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