Sí, tiene la forma de una pizza, pero eso negro que conserva el relieve de lo una vez fue un sabroso alimento no es sino el espectro que deja la incineración supina, una masa carbonizada hasta la casi la extenuación de la materia que ha pasado la friolera de 13 horas a unos 200ºC. Es lo que le ocurrió al dueño de la instantánea, y por ende de la increíble pizza, que estima en más de medio día el tiempo que estuvo durmiendo la mona mientras se dejaba su pizza de madrugada horneándose.
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