"Alfredo Astiz me da asco. Es una calaña", dice María del Rosario Cerruti, una Madre de Plaza de Mayo que será testigo en el juicio iniciado el viernes contra el 'Ángel rubio de la muerte', que se infiltró en el organismo humanitario e hizo desaparecer a sus fundadoras y a dos monjas francesas en 1977. La Marina secuestró a las monjas francesas Alice Domon y Leónie Duquet, a las Madres de Plaza de Mayo Azucena Villaflor, María Ponce de Bianco y Esther Ballestrino de Careaga, y a otros siete activistas de derechos humanos.
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