El compositor de la Novena Sinfonía sufrió, a lo largo de su vida, de cólicos, dolores articulares y fuertes dolores de cabeza. Ludwig van Beethoven a menudo exhibía un comportamiento irritable, era una persona taciturna, socialmente aislada y que sufría frecuentes ataques de depresión y desesperación. Los investigadores forenses han encontrado la explicación a todas estas dolencias analizando sus huesos y restos de cabello 180 años después de su muerte.
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