Antes de aparecer Internet y dar a nuestra vida un giro de 180 grados, ya existían trols profesionales. Por ejemplo, Jean Shepherd, el locutor que tomó el pelo a millones de ciudadanos estadounidenses… ¡Sin usar las redes sociales! Un estudio de radio, la imaginación de unos oyentes nocturnos y un libro inventado fueron los ingredientes para gastar la mejor broma de toda la anterior centuria.
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