Uno de los motivos por los que la bolsa se ha ganado tan mala fama entre los profanos es su, en ocasiones, extrema volatilidad. La crítica no está del todo injustificada, especialmente para aquella gente que prefiere no perder nada de dinero a tener la oportunidad de ganarlo en abundancia. Sin embargo, antes de censurar por entero al mercado de valores como si de un infame casino se tratara, convendría que comprendiéramos mejor su naturaleza.
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