El delegado de Teléfonica para Europa y expresidente de la Generalitat, Eduarzo Zaplana, creó en 2000 los cimientos de uno de los más prósperos negocios del siglo: la privatización de las resonancias en los hospitales públicos. Del primer concurso se beneficiaron su amigo Carlos Paz, de la Clínica Benidorm, y Luis de la Conce Pasados los ocho primeros años del concurso, aquellos 130 millones de euros iniciales se convirtieron en 270 millones de euros de facturación final. Un 30 % fue a las clínicas y centros de los allegados del exministro.
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