Dejar el trabajo, comprar un descapotable, tapar agujeros, reformar la casa… Al Señor X no le tocó la lotería, sino una herencia valorada en 4´6 millones de euros. Y decidió hacer todo esto y más. Le sorprendió que las acciones de su padre, el Señor X Senior, se hubieran revalorizado tanto, así que pidió a su banco que revisara la herencia. “Efectivamente señor. Cuatro millones y medio a su entera disposición”. Así que el Señor X, reconvertido en Señor $, abandonó su empresa de jardinería y empezó a hacer “gastos suntuosos”.
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