Siempre nos han contado aquello de que los romanos nos dejaron su cultura -y con ella su lengua- y a cambio se llevaron un poquito de oro y otros minerales. Qué menos que eso para gente tan generosa. Pero no es tan sencillo. En Hispania quienes se asentaban eran los ceporros, los incultos, la chusma. El castellano adoptó “casa” no de la palabra “domus” (casa latina), en su lugar la tomó del latín para “choza”. ¿Les suena? “Oye, tron, me voy a mi choza”. Exacto: gentuza hablando argot.
|
etiquetas: burro , culto , romanos , asterix , chusma