La burbuja inmobiliaria sigue pinchada y todavía no se ve el día en que vuelva a inflarse. En 2011 se volvió a evidenciar la crisis del ladrillo, ya que tan solo se firmaron 409.337 nuevas hipotecas. Esto supone una caída del 32,6% respecto al año anterior, en el que el descenso fue del 7%. Por lo tanto, el batacazo sufrido en 2011 llegó a cuadruplicar el del 2010 y supuso la peor cifra de viviendas hipotecadas desde que comenzó la crisis en septiembre de 2008. Por ejemplo, en 2007 la caída fue del 6,7%, en 2008 del 32% y en 2009 del 22%.
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