Desde Cartagena de Indias la ruta continúa hacia el este. Vista la costa caribeña colombiana y habiendo cumplido el sueño de cualquier europeo pálido de bien –dícese de acampar en una remota playa blanca de palmeras cocoteras, fogata incluida-, es hora de visitar el país vecino, Venezuela. La Colombia austral de llano y montaña queda para la próxima ‘S’ del viaje.
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