La orden decidió trasladarse de su histórica sede en el convento de San José, que ocupaban desde 1608 en 2005. El mal estado del monumento precipitó los acontecimientos y, en apenas una semana, decidieron comprar y mudarse al inmueble situado en pleno centro de la capital. La operación inmobiliaria debía financiarse casi al noventa por ciento con la venta del viejo convento, que pusieron en el mercado por un valor de 4,5 millones de euros. Con lo que no contaban las Carmelitas Descalzas era con inminente llegada de la actual crisis económica.
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