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Casi 3.000 bengalíes atacadas con ácido en una década

Bastaron unos segundos para que la cara de Khodeja se deformara para siempre. El ácido le corroyó la piel, le cegó un ojo, le cambió la vida. Un problema de tierras llevó a un vecino a usar el ácido como venganza. No sólo se lo arrojó a ella, también a su marido y a su hija, de tan sólo 18 días de vida. Ocurrió hace ya siete años, pero Khodeja aún recuerda el tremendo dolor que sintió aquella noche. El espejo y las miradas de la gente se lo recuerdan todos los días.

| etiquetas: ácido , violencia , machista

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