Jason Rohrer, un excéntrico diseñador de videojuegos, ha creado una propuesta que se sale de lo común: Chain World, un videojuego que solo existe en un stick de memoria USB que los jugadores se van pasando entre sí. Cada vez que un jugador muere en el juego, salva la partida y se lo pasa al siguiente jugador, que deberá continuar desde el mismo punto. De este modo se crea un mundo en cadena en que cada jugador solo juega una única vez, y solo una persona en todo el mundo puede estar jugando a la vez.
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