"Los agentes chinos se pusieron furiosos y sin más miramiento empezaron a dar palizas a todos los vecinos, además de retenerlos por la fuerza bruta y cortarles el pelo, sin importar el sexo o la edad. No contentos con ello, los chinos revivieron una de las prácticas más humillantes y terribles de la invasión, obligando a los tibetanos a pelearse e insultarse entre ellos en público, forzándoles bajo amenazas a ridiculizarse unos a otros".
|
etiquetas: tibet , china , derechos , humanos , libertad , represión