La culpa no es de Internet, ni de Netflix, ni de Waki TV, ni de las pantallas de 42”, ni si quiera del Emule o de Kim Dotcom. Lo que ocurre es que la forma de ver cine ha cambiado. Antes te la jugabas. Si no te gustaba, era dinero y tiempo que tirabas. Ahora, antes de ir a ver una película puedes ver el trailer en Internet, leer opiniones en foros, e incluso puedes descargarla o verla en streaming a un precio asequible y si no te gusta, quitarla y ver otra. La oferta es masiva y el precio de una entrada de cine ha pasado a ser abusivo si ...
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