Cirujanos del ejército de USA en la base de Bagram (Afganistán) llevaron a cabo una exitosa intervención de urgencia al extirpar un proyectil explosivo que había quedado alojado en la cabeza de un soldado afgano. El resto del personal no imprescindible fue desalojado de la sala para minimizar el riesgo, pues el potente explosivo tenía capacidad para acabar con todo el personal. La bala contenía 2 onzas de un potente explosivo. Los bravos cirujanos donaron sus corazas blindadas al ejército afgano tras la operación. Incluye imagen Rx. En inglés.
|
etiquetas: actualidad , sucesos , afganistán