Dice ese señor que el entrenamiento para que el chico se pareciese al abuelo fue duro. La estrategia la diseñó el mismo padre, Jong Il. Le enseñaron a imitar los gestos: la forma de aplaudir (en el mundo comunista aplauden muy a menudo), la forma de andar con los hombros hacia atrás, el ademán orgulloso... Después, los detalles estéticos: las patillas cortadas muy arriba, el abrigo con solapas anchas y con dos filas de botones. Conseguir que engordase y luciese unas mejillas carnosas y una papada soberbia para su edad fue fácil.
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