Detrás de cada producto de éxito yace un problema en búsqueda de solución. En el caso del iPod, el problema era el lamentable estado del joven mercado de reproductores MP3 de finales de los 90. Los reproductores portátiles de MP3 habían estado presentes desde mediados de los 90, pero Apple se había dado cuenta de que todos ofrecían una experiencia de usuario mediocre. Steve Jobs tenía un término categórico para ese tipo de aparatos: "mierda". Todos en Apple estaban de acuerdo.