"El juicio moral que nos permite juzgar a los demás reside una región específica de nuestro cerebro. Y como demuestra una reciente investigación (
bit.ly/bDjj1f) de Neurocientíficos del MIT liderados por Rebeca Saxe, basta con perturbar esa parte del cerebro para que la gente tenga un juicio moral diferente o más laxo..."