Cuando Mark Wilkinson se hizo con la propiedad de su yate monocabina de segunda mano tal vez debería haberse parado a pensar que los presagios impresos en el casco no eran buenos. El barco de 4,8 metros de eslora y bautizado como
“Titanic II” se hundió en el viaje inaugural de su nuevo dueño, imitando a su hermano mayor de 1912, aunque esta vez con menos víctimas. Texto y titular tomados de aquí:
blogs.lainformacion.com/strambotic/2011/06/09/titanicii/