Los policías que le denunciaron vieron la imagen, para algunos romántica, de un hombre tocando la guitarra en un banco de hierro, y junto a él, en el grupo que estaba disfrutando de la música, una mujer que era la antigua compañera sentimental del guitarrista. Los agentes comprobaron por radio que el músico tenía una orden de alejamiento sobre su antigua pareja, y no se podía acercar a ella a menos de 200 metros.Una vez detenido, él insistió en que fue ella la que se acercó al banco, que le había dicho que se fuera pero no le hizo caso.