Indianapolis Star - Un sangriento accidente dejó a Joel Britton cubierto de sangre y heces de caballo, así como también a sus tres estupefactas hijas que viajaban con él... "La cabeza del caballo atravesó el parabrisas" - narró Britton - sentí el caballo destrozado a mi lado, cerca de mi brazo. Sostuve el volante firme y al estallar el airbag, éste empujó al caballo y los cristales del parabrisas lejos de mí". La noticia incluye foto del vehículo tras el siniestro. En inglés.
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