BMW, Mercedes y Toyota exigen explicaciones a los representantes de la FIA. Por su parte, Mosley convocó a una asamblea extraordinaria para definir su cargo. La mayoría de los fabricantes de la Fórmula Uno puso ayer en cuestión el puesto de Max Mosley como presidente de la FIA. Empero, el británico respondió con la convocatoria de una asamblea extraordinaria que analizará su continuidad al frente del ente.
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