Los residentes de clase trabajadora de un rascacielos de lujo que se está construyendo en el distrito neoyorquino de Manhattan, EE.UU., tendrán que utilizar una entrada separada para "pobres", informa el periódico 'New York Post'.La junta comunitaria local se ha puesto en contacto con las autoridades competentes para que obliguen al contratista a tomar medidas para "evitar una situación en la que los inquilinos de viviendas asequibles son relegados a la condición de ciudadanos de segunda clase".
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