Una Corte de Apelaciones de California ha declarado no vinculante un contrato redactado con sangre.En octubre de 2004, Jinsoo Kim y su Stephen Son estaban bebiendo en un bar de karaoke. Son pidió un alfiler, se pinchó el dedo y escribió el contrato con su sangre y en alfabeto coreano. Bajo el contrato, Son prometía reembolsar a Kim unos 170.000 dólares que éste perdió al invertir en las empresas del primero.
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