Es un punto de inflexión en una España salpicada por la corrupción en donde el PP tiene el premio gordo, pero en donde no están exentos de responsabilidad ni el PSOE ni CiU. Desde la explosión de la SGAE, empieza a parecer un axioma irrefutable que quien ve desfilar a su lado un euro suelto que no es suyo, se lo echa al bolsillo. La democracia está cambiando. El lento pero firme avance del 15-M indica una inteligencia de quienes tienen convicciones y no tienen prisa.
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