30 años después de las muertes de Rosario, Valeriano y Pilar, tres menores que solían pasar los fines de semana en una casa de Catadau en el invierno de 1989, el triple crimen de Macastre continúa impune y sin resolver. Dos de los cadáveres no presentaban señales de violencia y fueron hallados en diferentes fechas en una caseta de labranza y un terraplén con arbustos en la partida de la Cuerna en Macastre, y al tercer cuerpo le cortaron un pie y una mano con una sierra mecánica para abandonar luego los restos en la calle Alcácer de Valencia
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