La crisis se ha convertido en oportunidad de una contrarrevolución conservadora que situará al país muy lejos de los parámetros de libertades y derechos que fue conquistando paulatinamente. Además de una nueva ley de educación, elitista y censitaria, el Gobierno ha aprovechado la situación socioeconómica para recortar servicios y privatizar gran parte de los que prestaba el estado. Queda un hueso duro de roer. La legislación sobre la interrupción voluntaria del embarazo.
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