Esta semana nos hemos reído mucho con las ocurrencias de Bibiana: que si miembras, que si churras, que si merinas... Pero el tema es serio. Refleja una concepción, considero inteligente, acertada y maquiavélica del uso del lenguaje como arma política. Y como refleja el chiste, hace ya tiempo que se viene usando en clave económica para reinterpretar la realidad, recordándome en gran medida a la Neolengua de 1984, de Orwell.
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