Están en plena madurez personal y tienen un trabajo, pero no les da siquiera para permitirse un alquiler por la subida de los precios, tras el auge de los pisos turísticos. Una situación cada vez más habitual con consecuencias para la salud mental. "Hemos tenido una formación maravillosa, pero no podemos tener una casa o formar una familia. Mis abuelos, pese a su escasez, sí."
|
etiquetas: trabajo , precariedad , vivienda , desigualdad , salarios , alquiler