Ellos eran cuatro, menores de edad. Su víctima, un joven discapacitado de 21 años. Y fueron a por él. Le obligaron a desnudarse y pasearse por un descampado. Le apagaron cigarrillos en la lengua. Se los metieron, encendidos, en la nariz. Y, no contentos con eso, colgaron la grabación de su hazaña en YouTube. Los agentes que llevan el caso reconocen que esta agresión puede ser una imitación de otras similares ocurridas en las últimas semanas, como la que tuvo lugar en Boiro.