El cliché al que me refiero es aquel en el que se asume que una magníficamente bella actriz, a la que podríamos llamar Laura Lovely, es fea, dado que lleva gafas. Esto ha sucedido una y otra vez. Laura Lovely es una bibliotecaria o una profesora de colegio (los dos trabajos femeninos que, bajo las convenciones de Hollywood, garantizan soltería y infelicidad), y naturalmente lleva grandes gafas de carey (el tipo más intelectual) para indicarlo.
|
etiquetas: crítica , asimov , gafas , fealdad , inteligencia , miedo