Consuelo, una inmigrante ecuatoriana que debía dos años de hipoteca, acaba de quedarse sin su piso de Torrejón de Ardoz. Se trata tan solo de un caso más entre los 151.354 desahucios presentados en los tribunales desde 2008, cuando la crisis comenzó a ensañarse con los más débiles. Lo peor es que el número de familias que pierden su vivienda no para de crecer.
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