El banco franco-belga Dexia sufre un segundo año consecutivo de grandes pérdidas antes de su desmantelamiento. El antiguo líder mundial de financiamiento para las administraciones locales tuvo en 2012 un resultado negativo de 2.900 millones de euros, en comparación con los 11.600 del año anterior. La entidad, propiedad desde 2008 en casi su totalidad de los Estados francés, belga y en menor medida luxemburgués, registró en esta ocasión números rojos por la depreciación de sus activos.
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