Popularmente algunos le dicen el sofá de La Habana. Y quien le haya puesto así, ¡acertó! Todos de alguna forma terminamos en el Malecón, aún cuando no lo conozcamos. ¿Por qué puede ser este muro tan adorable, místico, añorable? No sé. Creo que cada cual tiene su pedacito de historia en algún espacio de ese lugar. Hoy llegué hasta el muro sobre las seis de la mañana....
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