La sentencia considera que el joven ha cometido un delito y no una falta. Una juez ha impuesto una pena de dos años de cárcel y una multa de 2.400 euros a un joven por pintar grafitis en tres estaciones del Metro en 2005. El condenado, además, deberá indemnizar con 981 euros a la empresa municipal por los desperfectos causados. Durante 2007, se produjeron un total de 12 condenas por hacer pintadas en las dependencias del Metro, y en 11 casos, los hechos se consideraron una falta, y no un delito.
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