Cuando Iván se puso hace unos meses a vigilar un viejo edificio del centro de Madrid, en la calle de Rodas, se encontró con la sorpresa de que había tres familias de okupas viviendo dentro. Al principio hubo "recelos", pero ahora su relación es como la de "un portero con sus vecinos de cualquier edificio". Además de las tres familias okupas, formadas por adultos y niños de etnia gitana, en el bloque de la calle de Rodas viven dos hombres en régimen de renta antigua.
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