El Proyecto de Detección Hostil controlaría a distancia mediante sensores la frecuencia del pulso, patrones de respiración, la temperatura de la piel y expresiones faciales momentáneas para ver detectar intenciones hostiles. En los ensayos se pidió a los voluntarios que actuaran de manera sospechosa y el sistema lo detectó con un 78% de aciertos. Las agencias de seguridad de EEUU esperan ubicar estos sistemas en aeropuertos o grandes eventos públicos para ayudar a los funcionarios a decidir si una persona sospechosa debe ser entrevistada.