Cuando se planteaba el riesgo de salida del euro, se hablaba de que los hipotecados españoles iban a tener que pagar la deuda en la nueva moneda, y por otra parte que España no podría pagar la deuda externa, ya que la devaluación de la nueva moneda implicaría una cantidad a devolver mucho mayor. Pues nada más lejos de la realidad, ya que simple y llanamente se ha obviado el procedimiento de cambio de moneda nacional.
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