Cuando pensábamos que el caso Gürtel no podía empeorar, la apertura del secreto del sumario ha dejado claro que el PP no es que vaya bien, como dice Rajoy, sino que va de cine; de película de catástrofes, para más señas. Lo que empezó como otro charco de mierda más, el enésimo chanchullo de los años del ladrillazo, se ha convertido en un océano de inmundicia en el que cabrían todos los barcos de la Copa América y aún habría sitio para el yate de Briatore con Aznar luciendo abdominales en cubierta.
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