El último número de The Economist trae un reportaje sobre el recién nacido interés de la biología por el management. Del extenso artículo, que se plantea la influencia del ADN en factores como el salario, la satisfacción laboral o las habilidades negociadoras, me quedo con una preocupante posibilidad: la discriminación genética. Si nuestros genes ya nos predisponen para triunfar en el entorno laboral, ¿quiere eso decir que llegará el día en que las empresas sólo contraten a aquellos llamados al éxito? Original:
www.economist.com/node/170