La obtención de energía a partir de la mezcla de agua dulce y agua salada comenzó a ser explorada en los 70: un estudio de 1974 estimaba que cada desembocadura de río liberaba tanta energía como una catarata de 225 metros de alto. El obstáculo para su aprovechamiento era la tecnología: no obstante, Doriano Brogioli de la Universidad de Milán-Bicocca ha conseguido desarrollar una célula funcional con carbón activado (un derivado muy poroso del carbón). Vía
hardware.slashdot.org/story/09/07/24/1640220/Electricity-From-Salty-Wa