La imputación de cuatro marroquíes de la comunidad islámica de Cunit (Baix Penedès) por acoso a una mediadora cultural (también marroquí) por llevar un estilo de vida occidental abre un nuevo frente en el debate sobre la inmigración: "No hay conflicto, pero sí colectivos a los que cuesta más integrarse", subraya la alcaldesa de Cunit, la socialista Judit Alberich.
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