El verdadero problema es que el proyecto de España que tiene la derecha española es, para una mayoría cada vez más clara (y no sólo en Cataluña), horroroso. Cada vez menos gente se siente cómoda con la España que defiende el PP. Y muchos de los que estamos ahí somos gente que sí que nos sentimos españoles. Que, realmente, nos gustaría ser españoles. Pero serlo si España es un país al que no dé vergüenza pertenecer. Que tenga sus “cositas”, como todos. Pero que no sea un refrito franquista con su corrupción, amiguismo, chapucería, incompetencia
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