Gallardón vive para sus momentos faraónicos. Gallardón no sabe donde se ha metido. Esto no es un túnel de la M30 sino que puede ser el pozo en el que suma a la democracia. Está introduciendo inseguridad donde sus mercados sólo quieren seguridad jurídica. Los togaflautas, Gallardón, ojo con los togaflautas porque por primera vez en la historia han descubierto que ante semejante cúmulo de agresiones, su lugar está junto a la sociedad. Y eso promete.
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